[vc_row][vc_column][vc_column_text]Rodeada de ceras, témperas y lápices de colores. Así creció y se desarrolló la artista Zuriñe Aguirre, para quien el arte se convirtió, muy pronto, en una prolongación de sí misma. Sus libros infantiles, escritos e ilustrados íntegramente por ella, han sido publicados por editoriales inglesas, surcoreanas, neozelandesas y norteamericanas, y pueden comprarse en librerías de Londres, Nueva York y otras muchas ciudades emblemáticas del mundo.[/vc_column_text][vc_column_text]A Zuriñe le apasionan los retos, y de ahí que podamos ver sus creaciones en libros, lienzos, paredes e incluso en tejidos. Porque si algo enamora a esta vitoriana afincada en Sevilla es el diseño de estampados que aplica a cada ilustración. Conozcamos un poco más a la artista del siglo XXI que es Zuriñe Aguirre.[/vc_column_text][vc_empty_space][grve_single_image image=”39032″ image_size=”yes”][vc_empty_space][vc_column_text]Estudiaste Decoración, Tecnologías de la Información y después Comunicación Digital. ¿Cómo llegas al mundo de la ilustración y la literatura infantil?
En realidad, no llego al mundo de la ilustración, ya vivía en él desde hacía muchos años… Siempre tuve una especial adoración por los álbumes ilustrados, desde que era muy pequeña. Mis padres me inculcaron el amor por la lectura y tuve la gran suerte de poder disfrutar de muchos libros siempre. Con muy pocos años a parte de devorar libros, inventaba mis propias historias y dibujaba a sus personajes.
Así que la ilustración no fue para mi esa especialidad que descubres cuando no tienes muy claro por dónde seguir en el mundo del arte y del diseño. Era mi camino, mi meta, mi fin.[/vc_column_text][vc_empty_space][grve_single_image image=”39034″ image_size=”yes”][vc_empty_space][vc_column_text]¿Empezaste a dibujar para ilustrar tus cuentos o fueron las historias lo que desarrollaste a posteriori para acompañar tus dibujos?
Siempre me ha gustado más ilustrar que escribir. Aunque no sé si el verbo gustar sería el más adecuado porque en realidad me gustan mucho ambas cosas. Lo que ocurre es que fluye mucho más la ilustración que la escritura.
Lo verdaderamente bonito es hacer las dos a la vez porque los proyectos son mucho más íntegros, más empastados, más ricos…
¿Cuántas horas de trabajo hay detrás de cada maravilla de libro que has editado? Porque cada página es una obra de arte en formato A5…
Muchas gracias por el piropo, ¡qué alegría que lo veas así, como una obra de arte!
Cada ilustración que trabajo quiero que sea única, que lleve la esencia de lo que deseo trasmitir. En todas las ilustraciones pongo la misma ilusión y las mismas ganas. Unas salen mejor, otras algo “menos mejor” -ríe- y otras genial. Y esa sensación es fantástica, ver una ilustración terminada y saber que es exactamente lo que querías hacer.
Normalmente me cuesta mucho parar. Nunca sé cuándo una ilustración está terminada porque siempre veo detalles a mejorar. Pero sí me ha ocurrido en algunas ocasiones que era clarísimo, estaba terminada y además me encantaba. Y eso ocurre en el caso de las geniales de las que hablaba antes.
Hay muchas horas detrás de cada imagen. Primero los bocetos o garabatos de lo que quiero ilustrar y después el color.
Hay libros en los que he trabajado durante un año y otros los he terminado en dos meses. Aunque la media de un libro son por lo menos seis meses.[/vc_column_text][vc_empty_space][grve_single_image image=”39035″ image_size=”yes”][vc_empty_space][vc_column_text]Tus libros se han traducido al inglés e incluso al surcoreano. ¿Qué se siente al pensar que tus obras llegan tan lejos?
Se siente una satisfacción muy grande. Es muy reconfortante saber que algo en lo que has trabajado durante mucho tiempo y con lo que quieres trasmitir un mensaje, sensaciones… llega tan lejos.
Es curioso ver mi libro Sardines of love traducido al coreano y no saber ni dónde está escrito tu nombre en la portada, pero es divertido. Además, soy muy curiosa, y por supuesto que ya lo descubrí… -ríe-
Sobre todo me impresionaba mucho al principio. Recuerdo que una amiga me envió una foto de mi primer álbum ilustrado en una librería de Londres y después lo vi en redes en una gran librería de Manhattan.
No somos conscientes de lo que podemos ser capaces con la cultura, lo lejos que pueden llegar a viajar los mensajes. Los libros son cada uno en sí micromundos de arte y cultura.[/vc_column_text][vc_empty_space][grve_single_image image=”39036″ image_size=”yes”][vc_empty_space][vc_column_text]En tu libro Martín Gris has escrito una historia llena de sentimientos que bien podría ser un libro de lectura obligatoria en colegios de todo el mundo. ¿Cómo te surgió la idea de escribir esta obra?
Había en esa época pequeñas pinceladas de malestar e inseguridad en uno de mis hijos y quise hacer transformarlo en libro. Hablo mucho con ellos sobre sentirse bien con uno mismo, quererse, cuidarse y cuidar… hablamos sobre valores, sobre naturalidad y bienestar, pero no era suficiente. Creo que necesitaba una imagen en la que verse reflejado. Y fue Martín Gris.
Curiosamente coincidió con el Concurso de Cuentos Ilustrados para la Igualdad de la ciudad de Dos Hermanas (Sevilla) y lo presenté. Y ganó. Así que doble satisfacción.
Es increíble la cantidad de mensajes, imágenes, vídeos, en fin… multitud de feedbacks que he recibido desde diferentes ciudades que han trabajado el álbum. Es alucinante ver cómo quieren a Martín Gris, cómo lo pintan y cómo hablan de él.[/vc_column_text][vc_empty_space][grve_single_image image=”36051″ image_size=”yes”][vc_empty_space][vc_column_text]Láminas, lienzos, cuentos, diseño de estampados… ¿El arte tiene para ti alguna forma ideal de plasmarse?
¡Arte es una palabra tan grande!
El arte está en todos los rincones, es una forma de vida, una sensación, es algo abstracto que cambia dependiendo de los ojos que lo miren.
Arte es belleza pero la belleza es tan relativa…
¿Dónde te haría realmente ilusión ver expuesta una de tus obras?
En las casas de la gente que me quiere. Sería muy pretencioso decir que en el Artium de Vitoria o incluso en el Moma de Nueva York, ¿verdad? Molaría mucho, claro que sí. Mis lienzos han viajado hasta Suiza y Corea del Sur pero todavía me queda un largo camino por recorrer, y mucho que aprender. Todos los días aprendo algo nuevo en mi profesión. Y cada vez siento más lo minúscula que soy respecto al mundo cuando aprendo.
Me ha costado mucho valorarme como artista y reconozco que me duele cuando alguien muy cercano a mí no valora mi trabajo y el esfuerzo que conlleva. Por eso soy feliz viendo mis obras en las casas de la gente que me quiere.[/vc_column_text][vc_empty_space][grve_single_image image=”36052″ image_size=”yes”][vc_empty_space][vc_column_text]¿Qué historia te gustaría o te habría gustado ilustrar?
Una que lleva en la zona oscura de mi estudio nueve años… de la que no soy capaz de hablar. No puedo revelar su título porque siento que entonces no verá nunca la luz. Está escrita hace muchos años, revisada y vuelta a revisar pero nunca saco el tiempo que creo que necesita para dedicarme a ella. Para hacer las mejores ilustraciones de mi trayectoria… es ese querer hacerlo mucho mejor cada vez lo que me frena. Pero está cerca el momento.
Es una historia de amor universal. Ojalá pueda hablar pronto de ella.
¿Quiénes son tus referentes en ilustración? ¿Hay alguien en concreto a quien admires sobre los demás?
Son muchos pero ninguno en concreto. Si hubiera uno solo probablemente me obsesionaría con su estilo y acabaría plasmando algo de él…
Me gustan cosas de cada uno de los que admiro. Hay ilustradores que me embelesan con su manera de utilizar las luces y las sombras. Diseñadores que me impresionan con su forma de tratar el color y las formas. Pintores de los que me obnubila su pincelada rápida y fácil y todo lo que expresa…
Como referentes, mis álbumes ilustrados de la infancia. Y son muchos.[/vc_column_text][vc_empty_space][grve_single_image image=”36045″ image_size=”yes”][vc_empty_space][vc_column_text]¿Qué inspira a Zuriñe Aguirre?
El bienestar. Rotundamente diré que si no me encuentro bien no soy capaz de crear. Es precisamente este último año cuando he sido consciente de ello al pasar una época no muy buena de la que sigo recomponiéndome.
Pero teniendo eso, salud y bienestar emocional, me dejo inspirar por muchas cosas. Y según pasan los años son las cosas más sencillas de la vida las que me inspiran: un cielo azul, una canción, mis amigas, un viaje, una comida, una conversación…
La inspiración es un estado, solo es cuestión de ser susceptible a ser inspirado, de dejarse llevar…
También te has atrevido con murales. ¿Con qué escena darías vida a una pared de tu casa?
Indudablemente con un mundo de fantasía. Siempre que el condicionante espacio me lo permita.
Me gustan también mucho los detalles botánicos aunque no soy fiel a las formas reales y acabo pintado como lo siento, como lo imagino.
Ahora estoy terminando uno en la biblioteca del colegio de mi hijo que es una mezcla de fantasía y mundo real. Y es genial porque he tenido libertad absoluta para pintar lo que yo quería.
En un par de semanas viajaré a Algeciras, voy a pintar la fachada de la Librería La Caléndula. Un lugar dedicado a la crianza, la cosmética y los libros. Deseando.[/vc_column_text][/vc_column][/vc_row]